En el programa radiofónico de Radio Sintonía, “Alquimia del Ser”, que dirige la coach ontológico y terapetuta en Gestalt, socióloga Kasandra Gutiérrez, el Rabbí Isaac Benzaquén, fundador y director del Instituto de Kabbalah Universal, en el rol de invitado especial, fue abordado sobre un interesante tema: “La Kabbalah como terapia transformadora del alma”.
La kabbalah: miles de años de sabiduría
“La kabbalah es una sabiduría muy ancestral, estamos hablando de más de 3 mil años, sus enseñanzas han sido probadas y comprobadas. Las formas, las terapias de kabbalah, son muy valiosas, traen consigo la potencia de la fuerza de la sabiduría de los antiguos, sus lecciones son transformadoras para el ser humano”.
“En los libros antiguos de la kabbalah el lenguaje es encriptado, antes no se captaba de una sola vez, sino que tenía que ser revelado a través del tiempo. Eso llega a nuestros días, al siglo XXI; para hacerlo cotidiano una vez traducido”.
“El Árbol de la Vida, que representa cómo Dios creó al universo y cómo se manifiesta a través de la chispa divina en nosotros, cuando lo particularizamos – le ponemos una fecha de nacimiento – pasa a darnos mucha información acerca de nosotros, es como un espejo- Cuando vemos nuestra alma en el dibujo y lo interpretaos conocemos nuestras fortalezas y debilidades”.
“Hoy en día cuando analizamos lo que llamamos la astrología kabbalística tenemos a los planetas ubicados en 10 conciencias, 10 elementos. Este es un procedimiento investigativo: cómo podemos ayudar a otras personas que no encuentran su camino en la vida, otras sienten una depresión, una tristeza, con este mapa las podemos orientar”.
“Incluso, hay libros de matemática que son kabbalistas”.
La kabbalah: el Árbol de la Vida
También habló del alfabeto hebreo como instrumento de creación: “Si sabemos manejar esos sonidos podemos modificar la materia, el sonido es el que creó a todo este universo, podemos ser creadores”.
Su interlocutora le inquirió sobre si cualquier alma puede recurrir a esto y el Rabbí respondió: “Cualquier alma puede llegar a esto. Podemos tener las cualidades innatas, pero debemos estudiar. Hoy en día el privilegio es que entró a internet y tengo las reseñas de los kabbalistas de los últimos 300 años. Hay unos 3 mil manuscritos que deben examinarse aún, por eso decimos que tenemos bastante trabajo al respecto».
“Una vez que hacemos la asesoría, en apenas 3, 4 sesiones la persona se transforma, percibe la vida de una forma diferente, eso le permite enfrentar los acontecimientos de la vida con una visión, con un background totalmente diferente. La kabbalah nos ofrece una percepción del universo completamente diferente”.
Gutiérrez le comenta que en el proceso hay que hacerse responsable.
Luces y sombras
“Todos tenemos un día y una noche, en la integridad de esas dos cosas se constituye un anverso y un reverso, como la moneda. Tenemos que gestionar la emocionalidad, que es el punto central en el crecimiento del alma. Los pensamientos en general, por su parte, son puros, pero cuando empiezan a sentir el calor o el frío de la emoción qué pasa: Hay que gestionar las emociones”.
“En ese Árbol de la Vida tenemos tres conciencias: la del amor, la restricción y el equilibrio. Esos tres elementos los vemos reflejados en el centro del árbol, y de acuerdo a los planetas allí contenidos».
Al respecto, el Rabbí Benzaquén sostiene, a manera de verbigracia, que Saturno es restrictivo; Júpiter, en cambio, es generoso.
«Manejar eso nos abre puertas para quienes reconocen su sombra, sus defectos y virtudes, las integran y quieren seguir adelante”.
Y así la audiencia de «Alquimia del Ser» pudo nutrirse con toda la sabiduría del Rabbí Isaac Benzaquén y sus valiosos ejemplos de vida, en amena entrevista con Kasandra Gutiérrez.
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En las próximas semanas estaremos trabajando con los 72 nombres de Dios, una herramienta maravillosa